jueves, 29 de diciembre de 2011

El milagro



Todo lo dejé en la escalera del patio
renuncié en el umbral de mi madre
y fue el mar, y la noche vino
llovió a mares y como nunca el cielo tronó
Esa lluvia  en abundancia
toda esa abundancia milagrosa.

1 comentario:

Vagamundo dijo...

Los milagros juegas con el efecto-sorpresa. Por eso no ocurren a diario, sino en días señalados: cuando sepamos dejarnos sorprender.