jueves, 20 de diciembre de 2007

La ciudad derrumbada

Si alguien vio alguna vez
quebrarse Buenos Aires
esa tarde, esa tardenoche fui yo
sentada primero, parada luego
la imagen exacta detrás de tu cara
causó en la ciudad inquebrantable
que un amor de tierra
mas tarde se lloviera.

La imagen imponente se desarmaba
como trueno tu voz corría
en esa titánica y exacta belleza
de luces y colectivos agotados
de gente ya sin manos y sin piernas.

Y fui trueno y vos grito
la cuidad cementerio.

Fue quizás el capricho de esa magia
que no se encuentra, que envuelve dos cabezas
que todo derrumba
fue quizás esa, la maldita fuerza.

Madrid.

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