…Y tu fuego sugerente
al que no escapo ni queriéndolo
trabaja en mi cabeza
perturbada, ya inalcanzable
de viajera raída y prófuga.
Has de quemar cada uno de los
espacios que me forman en esta oscuridad,
destrozándome con paciencia
el llamado tuyo-cuerpo.
Madrid.
martes, 30 de octubre de 2007
viernes, 26 de octubre de 2007
Amor de salón
Paranoica milonga de dos
laboriosa combinación
entre escalones de sexo y
compás de bandoneón
zurciendo el deseo por el cuerpo
y en el piso del salón.
El copia sus ojos,
esos ojos de taller
donde el amor se moldea
en esa anárquica sin razón
que la gobierna.
Milonga raspera,
color del teñido vino
que después de tanto danzar
entre la copa y la lengua
rompe en un descuido con
la pasión expuesta entre
reveses de farolitos.
Madrid.
laboriosa combinación
entre escalones de sexo y
compás de bandoneón
zurciendo el deseo por el cuerpo
y en el piso del salón.
El copia sus ojos,
esos ojos de taller
donde el amor se moldea
en esa anárquica sin razón
que la gobierna.
Milonga raspera,
color del teñido vino
que después de tanto danzar
entre la copa y la lengua
rompe en un descuido con
la pasión expuesta entre
reveses de farolitos.
Madrid.
domingo, 7 de octubre de 2007
Vos
Vos, dado al mundo
dado como una puta
en un espacio furioso
en donde cuelgan luces
de alambres y palos.
Yo, mujer de día, adolescente,
de tarde, inútil, pastando
como bestia a mi antojo
y en la noche reina
de un pueblo que desconozco.
Mirá estos chillones y baratos
versos aún no dibujan
la distancia, ni el crecido dolor
metido a fuerza en botella
y en ese estado de rebelión
sentados como si no
tuviésemos piernas frente al obelisco,
éramos mendigos los dos.
Vos dado a tu crianza de burgués
que infame diversión eras,
perfecto a la hora de dominar
y de romperme a Buenos aires
para volvérmelo armar.
Madrid
dado como una puta
en un espacio furioso
en donde cuelgan luces
de alambres y palos.
Yo, mujer de día, adolescente,
de tarde, inútil, pastando
como bestia a mi antojo
y en la noche reina
de un pueblo que desconozco.
Mirá estos chillones y baratos
versos aún no dibujan
la distancia, ni el crecido dolor
metido a fuerza en botella
y en ese estado de rebelión
sentados como si no
tuviésemos piernas frente al obelisco,
éramos mendigos los dos.
Vos dado a tu crianza de burgués
que infame diversión eras,
perfecto a la hora de dominar
y de romperme a Buenos aires
para volvérmelo armar.
Madrid
lunes, 1 de octubre de 2007
Lecturas
Tantas hojas de papel
acostadas sobre si,
piadosas, obedientes
en filas perfectas
ordenando la sabiduría
de mis amados trovadores.
.
Tinte de la sangre
supersticiosa,
Motor sádico para el amor
enajenando una cabeza
que sabida o precoz
se sostiene en la lectura.
.
Delicia orgásmica
concentrada de
sugerentes imágenes
que sutil entra hasta modificar
al que se encuentra sobre el libro.
Madrid.
acostadas sobre si,
piadosas, obedientes
en filas perfectas
ordenando la sabiduría
de mis amados trovadores.
.
Tinte de la sangre
supersticiosa,
Motor sádico para el amor
enajenando una cabeza
que sabida o precoz
se sostiene en la lectura.
.
Delicia orgásmica
concentrada de
sugerentes imágenes
que sutil entra hasta modificar
al que se encuentra sobre el libro.
Madrid.
Los brazos atados
Los ojos clausurados.
boca en profundidad
atados los brazos.
Jugar a venir
en busca de los gestos
que son soga liberada
a un deseo insistentes
de aniñadas ganas.
Se oyen a lo lejos sonidos
de tus sonidos
amantes a carcajeadas.
Madrid
boca en profundidad
atados los brazos.
Jugar a venir
en busca de los gestos
que son soga liberada
a un deseo insistentes
de aniñadas ganas.
Se oyen a lo lejos sonidos
de tus sonidos
amantes a carcajeadas.
Madrid
Hasta cuando
Yo me regalo
a tus infames hechos:
Un sin vos.
Los pasos que espero
y sin anuncios rompen
toda mágica experiencia,
hasta cuando esto
que no sé que es
corazón o retrato.
No quiero, no puedo,
me retengo y entrego
-estoy como niño-
hasta cuando seguirá
tu desamparada presencia
sonándose ausente?
Madrid.
a tus infames hechos:
Un sin vos.
Los pasos que espero
y sin anuncios rompen
toda mágica experiencia,
hasta cuando esto
que no sé que es
corazón o retrato.
No quiero, no puedo,
me retengo y entrego
-estoy como niño-
hasta cuando seguirá
tu desamparada presencia
sonándose ausente?
Madrid.
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